viernes, 30 de noviembre de 2007

Opiniòn Poema de Sor Juana

ENDECHAS

Que discurren fantasías tristes de un ausente
Pág. 18-21

Prolija memoria
Permíteme siquiera
Que por un instante
Sosiegue mis penas.
Afloja el cordel
Que, según aprietas,
Temo que reviente
Si das otra vuelta.
Mira que si acabas
Con mi vida, cesa
De tus tiranías
La triste materia.
No piedad te pido
en apuestas treguas
sino que otra especie
de tormento sea.
Ni de mi presumas
Que soy tan grosera
Que la vida sólo
Para vivir quiera.
Bien sabes tú, como
Quien está tan cerca,
Que sólo la estimo
Por sentir con ella.
Y porque, perdida,
Perder era fuerza
Un amor que pide
Duración eterna.
Por eso te pido
Que tengas clemencia,
No porque él viva
Si porque él no muera.
¿No basta cuán vivas
se me representan
de mi ausente cielo
las divinas prendas?
¿No basta acordarme
sus caricias tiernas,
sus dulces palabras,
sus nobles finezas?
¿Y no basta que,
industriosa, crezcas
con pasadas glorias
mis presentes penas
sino que (¡ay de mi!
mi bien ¿Quién pudiera
no hacerte este agravio
de tener mi ofensa?)
sino que, villana,
persuadirme intentas
que mi agravio es
posible que sea?
Y para formarlo,
Con necia agudeza,
Con cuerdas palabras,
Acciones contestas;
Sus proposiciones
Me las interpretas
Y lo que en paz dijo
Me sirve de guerra.
¿Para qué examinas
si habrá quien merezca
de tus bellos ojos
sensaciones tiernas;
si de otra hermosura
acaso le llevan
méritos más altos,
más dulces ternezas;
si de obligaciones
la carga molesta
le obliga en mi agravio
a pagar la deuda?
¿Para que ventillas
la cuestión superflua
de si es la mudanza
hija de la ausencia?
Yo ya se que es frágil
La naturaleza
Y que su constancia
Sola es no tenerla
Sé que la mudanza,
Por puntos, en ella
Es de ser propio
Caduca dolencia.
Pero también sé
Que ha habido firmeza,
Que ha habido excepciones
De la común regla.
Pues ¿por qué la suya
Quieres tú que sea,
Siendo ambas posibles,
De aquella y no de ésta?
Mas ¡ay! Que ya escucho
Que das por respuesta
Que son más seguras
Las cosas adversas.
Con estos temores,
En confusa guerra,
Entre muerte y vida
Me tienes suspensa.
Ven a algún partido
De una vez y acepta
Permitir que viva
O dejar que muera.


En este poema Sor Juana pide por la vida de alguien, le pide ayuda al señor para comprender porque hace las cosas, pregunta si siempre hay un motivo para que el señor ponga adversidades en la vida de las personas.
En lo personal no nos gusto mucho, ya que todo lo que a religión concierne se me hace un tema muy personal, y cada quien tiene puntos de vista muy distintos.

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